Brasil, 31 de dezembro de 2025
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Lo que deja por fuera el acuerdo de defensa entre EE. UU. y Arabia Saudita

El reciente acuerdo de defensa firmado en Washington omite garantías explícitas de seguridad para Arabia Saudita, diferenciándose de otros vínculos con aliados.

El Acuerdo de Defensa Estratégica (SDA), firmado por EE. UU. y Arabia Saudita durante la visita del príncipe heredero Mohamed bin Salman a Washington, ha generado cuestionamientos debido a la ausencia de una garantía de defensa explícita para el reino. A diferencia de otros pactos, como el orden ejecutivo que otorgó garantías de seguridad a Qatar dos meses atrás, el SDA se percibe como menos contundente en ese aspecto.

¿Qué diferencia real hay?

En principio, el lenguaje en el orden ejecutivo para Qatar es más fuerte que en el SDA, y más en comparación con otros acuerdos de seguridad en Medio Oriente, salvo Turquía, aliado de la OTAN. Sin embargo, tanto uno como otro no tienen una diferencia sustancial en términos prácticos.

Incluso si Trump y MBS firmaran un pacto formal ratificado por el Senado que obligara legalmente a EE. UU. a defender a Arabia Saudita en caso de ataque externo —similar al Artículo 5 de la OTAN—, la diferencia sería mínima. Esto se debe a que ambos acuerdos carecen de detalles sobre cómo se traducirían en acciones concretas y cooperación efectiva.

La necesidad de un marco estratégico

El acuerdo actual se enfoca en la compra de armas avanzadas, como tanques Abrams y los jet de quinta generación F-35, dejando de lado aspectos estratégicos y de cooperación en seguridad. Esto es típico de la política estadounidense hacia sus socios árabes, que prioriza el hardware sobre la planificación y coordinación conjunta de seguridad.

Este enfoque centrado en la venta de equipo no ha dado frutos en que los aliados árabes contribuyan realmente a los intereses colectivos de seguridad. Países como Kuwait, Egipto, Baréin y, más recientemente, Arabia Saudita, tienen estatus privilegiados pero no necesariamente relaciones más cercanas o efectivas en materia de defensa.

Otros ejemplos y perspectivas

Estados Unidos también tiene a países como Indonesia, Vietnam, Ucrania y Taiwán, que invierten en los detalles de sus relaciones de seguridad con Washington, logrando vínculos más sólidos sin los mismos beneficios formales de los aliados árabes.

¿Qué queda por hacer?

Es tarea de las burocracias de seguridad y las fuerzas armadas de ambos países convertir el acuerdo en una relación de defensa más profunda, estableciendo normas, mecanismos y procedimientos que fomenten una cooperación efectiva y estratégica. Solo así el potencial de una alianza verdadera podrá realizarse, mucho más allá de la simple compra de armamento.

El acuerdo, en su forma actual, representa una oportunidad, pero queda pendiente definir cómo se traducirá en acciones concretas en el terreno de la seguridad regional y global.

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