La arquidiócesis de Puerto Príncipe expresó su profunda preocupación por el “colapso de la humanidad” en la sociedad haitiana, tras el secuestro de nueve personas, incluido un niño de 3 años con discapacidad y una misionera laica irlandesa, ocurrido el 3 de agosto en las afueras de la capital.
Denuncia ante la violencia y el secuestro en Haití
En un comunicado, la arquidiócesis expresó su “profunda tristeza y profunda indignación” por el hecho, mostrando “solidaridad fraterna y cercanía espiritual” con la comunidad del orfanato, reconocido por su labor de esperanza en los más vulnerables.
Asimismo, manifestó su apoyo a los residentes de Kenscoff, afectados por la violencia brutal que azota esa localidad en los últimos meses. La declaración lamentó que “una vez más, delitos cometidos con frialdad testimonian el colapso moral de nuestra sociedad”, donde lugares de cuidado y esperanza son ahora blancos de violencia.
Secuestro, un ataque a los valores fundamentales
La arquidiócesis condenó el secuestro, calificándolo como “un ataque a la nobleza social: el servicio desinteresado, la inocencia de los niños vulnerables y la fe que se expresa en obras de misericordia”. Consideró esta acción como “síntoma del colapso moral, la impunidad y la pérdida del sentido de la vida y la dignidad humana en Haití”.
El comunicado advirtió que, si se permite que intereses enfrentados silencien el sufrimiento de las víctimas, el país avanzará inexorablemente hacia su destrucción, convirtiéndose en cómplice de esa degradación moral.
Convocatoria a la acción y la oración
La arquidiócesis urgió a los fieles y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a alzar la voz, unirse en oración y adoptar medidas concretas para rechazar este clima de deshumanización. Además, solicitó a las autoridades civiles, militares y policiales que cumplan con su responsabilidad de garantizar la seguridad y exijan la liberación inmediata de las personas secuestradas.
El texto concluyó con un llamado a la acción: “Es momento de decir basta y actuar. Que la luz de Cristo resucitado ilumine nuestras decisiones, palabras y acciones. Que Nuestra Señora de Perpetuo Socorro interceda por Haití y por todos los que sufren”, invitando a todos a mantener viva la esperanza en medio del caos.
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